La arquitectura barroca de la provincia de Ciudad Real está condicionada por razones sociales, culturales y
económicas. Una arquitectura que, dentro del ámbito de la Contrarreforma, es esencialmente religiosa. Las
órdenes religiosas desarrollan una intensa actividad que busca los municipios más poblados. Jesuitas, agustinos,
dominicos y trinitarios tuvieron una presencia importante en numerosas poblaciones de la provincia, con la
singularidad de Almagro y Villanueva de los Infantes.
Los poderes civiles van a ejercer mediante el mecenazgo su influencia en muchas fundaciones, promoviendo su
construcción o mantenimiento. La ostentación del poder de los miembros de las órdenes militares, de los
hidalgos, o de una burguesía con poder económico en la agricultura y la ganadería estará detrás de muchas de
estas actuaciones. Y junto a ello, la visión festiva del Barroco que trata de aunar las tradiciones populares con las
creencias religiosas, dando lugar a la construcción de santuarios y ermitas que vinculan la vida de cada zona del
municipio con la actividad religiosa o establece una conexión festiva del conjunto de la comunidad, como ocurre
en los santuarios de Almagro, Infantes o Santa Cruz de Mudela.
Hay también una arquitectura civil que asume nuevas funciones: los nuevos espacios para el teatro, con
manifestaciones como el Corral de Comedias de Almagro, hospitales, pósitos, cárceles y cuarteles definen la
realidad urbana de poblaciones como Almagro y Villanueva de los Infantes. La construcción residencial, con sus
acentos en portadas elaboradas, mantiene estructuras de casa-patio, con una búsqueda ornamental del exterior,
que acaba definiendo la imagen de la ciudad en muchas de sus zonas.
Un patrimonio religioso y civil de primera importancia que constituye un momento singular de la arquitectura de la
provincia de Ciudad Real.
Diego Peris (Ciudad Real, 1946) es licenciado en Ciencias Geológicas por la Universidad Complutense de
Madrid, doctor arquitecto por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid y profesor en diferentes
máster en la ETSAM y en cursos de Doctorado. Entre 1978 y 1984 trabajó como profesional libre, realizando
diversos proyectos residenciales y de obra pública en Ciudad Real, Toledo y Madrid. En 1984 ganó por oposición
la plaza de arquitecto municipal en el Ayuntamiento de Ciudad Real, siendo nombrado en 1987 director general
de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y, en 1992, viceconsejero de Cultura. De 1995 a
2008 fue director de la Oficina de Gestión de Infraestructuras de la Universidad de Castilla-La Mancha. Ha sido
consejero delegado de la empresa Toletum visigodo, responsable de la gestión del yacimiento de la Vega Baja
de Toledo. Tiene publicados más de cincuenta libros, entre obras individuales y colectivas, y artículos en
numerosas revistas de Arquitectura, y escribe habitualmente en prensa y en diferentes blogs. En la actualidad
trabaja, como profesional libre, en su estudio de Arquitectura.
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